Planeación. Planear implica anticiparse, adelantarse con esquemas mentales creativos al o que acontecerá en la organización. Esta no será basada en un patrón rígido, sino que contemplará la aportación de nuevas ideas dentro de la organización. Por consiguiente, determinar los objetivos y pautas para la formulación y revisión de conceptos; realizar nuevas disposiciones, introducir o mejorar nuevos productos o servicios, debe lograrse con una buena comunicación. Por medio de conferencias, entrevistas, conversaciones, reportes, memorandos, cartas, etc.
Organización. Organizar requiere integrar los recursos disponibles para aterrizar lo planeado; es decir, lograr los objetivos organizacionales por medio de procedimientos acertados. Aquí la función comunicativa es indispensable; implica conocer a fondo el rol que cada integrante desempeña en la organización, la importancia de su función, el conocimiento de la misión organizacional y su responsabilidad social.
Dirección. Ser líder es despertar el impulso interior de cooperación en tus colaboradores; en lugar de simplemente impartir órdenes. Es preferible que tanto directivos como colaboradores, respondan a objetivos comunes con los cuales se sientan totalmente identificados. De este modo no hay que mandar desde afuera, sino obedecer los intereses comunes de la organización. Asimismo, es básico que las direcciones e instrucciones se formulen con claridad. Esto se logra mejor cuando las ideas, sentimientos y demás, se transformen en actos, en hechos tangibles. De esta manera la dirección logra obtener lo que todos esperan unos de otros: honestidad, confianza, creatividad, lealtad, cooperación y productividad.
Control. Controlar es supervisar. Es saber que los resultados coinciden con lo planeado. Aquí es importante la observación y la enmienda de uno mismo y de los demás. Es importante tratar de no hacer juicios al respecto. Sino retroalimentar de manera positiva el trabajo del otro, proponiendo siempre nuevas maneras de hacer las cosas; recordando así mismo los objetivos de la organización. El clima ideal sería de que todos sintieran tal solidaridad con aquélla como para expresar: “lo que le conviene a la organización me conviene a mí también”. Este punto es donde más se pone a prueba la comunicación. La manera para hacerle saber a los demás si se esta satisfecho con su trabajo es la clave de una buena relación laboral.
El carácter de la comunicación en la organización
La comunicación dentro de un sistema (en este caso organizacional), es un proceso dinámico, recíproco y multidireccional, es decir; se produce desde cualquier estrato de la organización, desde arriba hacia abajo y viceversa. De manera horizontal y circular; generándose así una cadena ininterrumpida de carácter interno.