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Manejo del Fuego en México. Historia de Consuelo Díaz.

Consuelo Díaz Tlaltempa, 34 años, Brigadista de CONAFOR Morelos.

 

Nació en Ocotito, Guerrero, pero se mudó junto con toda la familia cuando a su padre le ofrecieron trabajar combatiendo incendios forestales en Cuernavaca, Morelos. Allí estudió la carrera de Físico-Matemático en área de Computación, se casó y tuvo dos hijos, un niño y una niña.

Antes de trabajar en el combate de incendios, dedicaba la mitad de su tiempo al hogar y los niños y la otra a un trabajo de auxiliar contable. Siempre había visto llegar a su padre manchado de negro y oliendo a humo, pero un buen día, en el 2015, le llegó con una propuesta: había una oportunidad para que ella trabajara en CONAFOR.

“Yo ya estaba harta y estresada del despacho contable y quería cambiar de aires, aunque no tenía ninguna experiencia en campo, no sabía agarrar ni una herramienta, nunca había acampado, ni sabía nada del trabajo, pero no me importó empezar de cero”, cuenta ella.

Y no fue fácil. En el primer incendio que le tocó atender, se vio sola de repente en el bosque humeante, sin orientación para salir del incidente. Fueron horas de angustia que le calaron hondo: “Me sentía muy mal, sentía que el trabajo no era para mí, que al día siguiente iba a llegar a renunciar. Pero cuando llegué a mi casa el primero que salió corriendo a recibirme fue mi hijo, me abrazó y me dijo: ¡mami, qué bueno que ya llegaste, tú eres mi guerrera! Me di cuenta de que estaba orgulloso de mí, de lo que yo hacía, y ya no podía yo echarme para atrás, al día siguiente regresé a trabajar y desde entonces nada me ha detenido”.

Descubrió que el trabajo de combatiente no sólo le gustaba, sino que le apasionaba: “Nunca pensé que este trabajo iba a ser una pasión para mí, y claro, te enfrentas a muchos retos, porque no es fácil, y eres una mujer en un área que siempre ha sido para puros varones, pero el esfuerzo vale la pena”.

Las recompensas llegaron pronto: a los dos años de trabajar como combatiente, en febrero del 2017,  fue seleccionada para asistir al Taller de Mujeres de Latinoamérica en el Manejo de Incendios Forestales, organizado por el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza A.C. y el Servicio Forestal de los Estados Unidos en Tucson, Arizona. “Fue una experiencia muy bonita”, recuerda, “sobre todo porque pude conocer a otras compañeras que me platicaron su vivencia, sus retos, fue muy bonito darse cuenta de que no está uno sola, y de que lo importante es compartir entre todas lo que enfrentamos”.

Ese mismo año, en agosto, se convirtió en la primera mexicana que viajó al extranjero para combatir incendios, al formar parte de los contingentes que envío la CONAFOR a Columbia Británica, Canadá. “Fue una gran fortuna y una gran satisfacción”, expresa, “porque nunca me hubiera imaginado que yo pudiera estar apoyando allá, en un país que tiene tanta tradición y conocimiento en el combate al fuego, me sentí muy orgullosa de representar a mi país”.

El apoyo unánime de su familia ha sido fundamental para ella: “Mi mamá me ayuda mucho con los niños, porque a veces yo llego cuando ya están dormidos, y también mi esposo me ha apoyado muchísimo, aunque al principio le costó trabajo asimilar que yo iba a andar todo el día entre puros hombres, pero se acostumbró y tengo la gran satisfacción de que siempre he podido contar con toda mi familia”.

Está convencida de que hombres y mujeres deben complementarse en el manejo del fuego: “Siempre vamos a necesitar unos de otros, yo nunca me comparo con mis compañeros, porque estamos para apoyarnos, no para vernos como rivales, porque somos todos parte de una estructura que sirve a un sólo fin, la conservación de nuestros bosques”.

Historia realizada por el Programa de Cooperación Técnica Internacional en Materia Forestal USFS-USAID-FMCN.

Créditos de fotos y elaboración de historia: Francisco Cubas Jiménez.

 

Documento descargable, Historía Consuelo Díaz.