Las palabras que no se dicen son las que destruyen las relaciones.
En todas las organizaciones hay bolsas, sacos y hasta costales de silencio.
Los conflictos persisten debido a que la gente es incapaz de hablar sobre ellos.
En muchas organizaciones el silencio relacionado con determinadas cuestiones se convierte en un principio operativo. Y esto trae como consecuencia una cadena de problemas que pueden ocasionar (incluso) hasta el derrumbe de toda la organización.
¿Qué opina usted del silencio en el trabajo? Reflexione rápidamente por lo menos tres cuestiones que le afecten personalmente, a su equipo o a su organización y que persistan debido a que nadie se atreve a hablar sobre ellas. Medite sobre lo que impide a que la gente ponga esas cuestiones sobre la mesa y las discuta. Piense en cómo están influyendo en usted, en sus compañeros de trabajo y en su organización, así como en las comunidades o personas a las cuales usted atiende o presta sus servicios.
En todas las organizaciones, una parte de los conflictos se producen entre grupos humanos (departamentos, equipos, etc.) y, a menudo, los problemas en la coordinación de los esfuerzos con otras secciones se personalizan. Es decir, los miembros del grupo implicado personalizan el problema. Con la única diferencia de que en esta ocasión no piensan en los individuos, sino en grupos enteros.
De esta manera la coordinación y colaboración que pudiera darse entre grupos, se torna difícil y a veces hasta imposible.
Identifique usted una cuestión que vaya mas allá del ámbito del equipo y que éste influyendo gravemente en el trabajo de su organización.
- Explique de qué se trata y cuestione hasta qué punto esta personalizándose el problema. ¿Qué dicen los miembros de su organización acerca del otro equipo?
- ¿Hay algo de lo que cree usted necesario de hablar y no lo hace? ¿Qué obstáculos impiden que los dos grupos se reúnan para hablar y resolver esta cuestión?